Familia y colegio

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Educar con humor

mar 23 - 2021

Hace unos meses tuvimos el honor de contar en Andel con el doctor Luis Gutiérrez Rojas, que nos impartió una sesión muy interesante y de la que pudimos sacar muchas conclusiones prácticas para educar a nuestros hijos. Este artículo, escrito por José María Lamana, maestro, tutor de 1º de Primaria en Andel y padre de dos hijos, es un resumen de la misma aderezado con sus aportaciones personales. 

Hoy en día hay una corriente pesimista que se está haciendo hueco en nuestra cultura. Cuando la gente ve a una mujer embarazada no sabe si darle el pésame o la enhorabuena, cuando es evidente que tener hijos es una alegría. Y en esta época de crisis, sanitaria y económica, tendemos a caer más en ese pesimismo.

“El confinamiento va a aumentar el número de divorcios” fue uno de los comentarios más sonados durante la época en la que estuvimos en casa. En realidad, esos meses fueron una oportunidad única para acercarte más al cónyuge, conocerle mejor, disfrutar más en familia, con los hijos. Sin embargo, la conclusión que la sociedad transmitía era algo negativo.

Lógicamente, viviendo una crisis como esta, en la que muchas familias lo están pasando muy mal, no hay que estar tirando cohetes, pero también podemos aprovechar estas circunstancias para educar mejor a nuestros hijos. Enseñarles a vivir con menos, que aprendan a valorar las cosas. 

Las dificultades son una oportunidad y no podemos obviarlas. Alguien que tiene todo en la vida, sin obstáculos, se vuelve una persona soberbia, que se cree autosuficiente. Y eso es algo que tenemos que evitar. Para ello, los niños tienen que recibir cariño y recibir normas. Para poder dar cariño a nuestros hijos, tiene que haber cariño en el matrimonio. El matrimonio está siempre por encima de los hijos y eso es algo que hoy en día no se ve. Cada vez se ven más conflictos entre parejas. Si seguimos esta jerarquía y cuidamos nuestro matrimonio por encima de nuestros hijos, ellos mismos percibirán este amor. Sin embargo, si ponemos a los hijos por delante del matrimonio, acabarán siendo débiles y emocionalmente dependientes.

En cuanto a las normas, los niños tienen que cumplir normas. Actualmente, se les da mucho cariño, pero ninguna norma. La consecuencia es que los niños, desde pequeñitos, se creen con derecho a todo. Piensan que lo merecen todo. El hecho de cumplir normas les ayuda, primero a ser más humildes y además a ser más maduros.

Una persona madura, no es una persona inteligente ni que destaca mucho en algún aspecto. Una persona madura es aquella que se conoce a sí misma. Que es consciente de sus limitaciones y de sus virtudes. Para conseguir esta madurez hay que palpar el sufrimiento, trabajar nuestra voluntad y todo ello a base de esfuerzo. Hoy en día la sociedad busca la comodidad, evitar el esfuerzo: “no te cases” “no tengas hijos” “eso es muy difícil, no lo hagas”… Si nos dejamos llevar solo por los sentimientos, sin trabajar la voluntad y sin poner cabeza en nuestras decisiones, nos convertiremos en personas caprichosas y débiles.

Muchas veces queremos tenerlo todo bajo control, para sufrir lo menos posible. Pero es imposible tener toda tu vida programada. Hay que ser flexibles.

Hoy en día, nuestros hijos viven apegados a lo material, los móviles, las tablets, la televisión. Pero la realidad es que hay que relacionarse con las personas, no con las cosas. Por eso es muy positivo que los niños hagan planes con otros niños. Que las familias queden con otras familias. Esto les hace madurar, aprender, darse a los demás. Nuestros hijos viven en un mundo fantástico y sin embargo da la sensación de que no lo valoran.

Es importante también que haya una alianza entre familia y colegio. Sin perder de vista que los que educan a los niños son los padres. Pero aprovechar las sesiones con el tutor para conocer más a tu hijo. Las notas son importantes, pero no tanto como la persona que es tu hijo. Hay que preocuparse del comportamiento que tiene, de cómo actúa con los demás, etc.

Para poder ayudar a nuestros hijos y educarles bien tenemos que quererlos como son. Existen trastornos, déficits, síndromes…pero eso no puede ser un condicionante para querer a un hijo. Son cosas secundarias. También tenemos que conocer bien a nuestros hijos, saber cómo son, qué les cuesta, qué les gusta, en qué destacan.

Para finalizar, el Doctor Gutierrez Rojas nos dejón algunos truco y soluciones prácticas que podemos aplicar en la educación de nuestros hijos.

  • Una de ellas es trabajar la humildad. Si tu hijo tiene un don en algo o destaca en alguna cualidad es estupendo, pero es algo que no le supone esfuerzo. Hay que intentar que sea una persona virtuosa, que tenga buenos hábitos. Para ello hay que trabajar la voluntad. 
  • También hay que acostumbrarse a relativizar. Hay muchos conflictos diarios. La mayoría no tienen importancia. Si tu hijo viene quejándose por algo que no es muy importante, escúchale y quítale importancia. Así ayudaremos a que nuestros hijos sean menos complicados.
  • Otra de las soluciones que nos da es que tenemos que aceptar que podemos cambiar. Para eso es imprescindible la humildad. Mucha gente opina que las personas no pueden cambiar. Pero si vemos que hay gente que cambia a peor, por qué no va a haber gente que cambie a mejor. Tenemos que luchar contra los defectos.
  • No obsesionarse con lo que piensen los demás. Hoy en día, que vivimos inmersos en el mundo de las redes sociales, estamos siempre preocupados por lo que piensen los demás. Por los “likes” que tenemos o por los comentarios que me hayan hecho. Y cita de manera muy acertada a Goldsmith, que dice “quién solo busca el aplauso de los demás, pone su felicidad en manos ajenas”. Una reflexión tan contundente como real.
  • Cambiar de estrategia. Cuando algo no funciona, cambiémoslo. Pidamos ayuda, leamos, formémonos. “Quien quiera resultados distintos, debe dejar de hacer lo mismo” decía Einstein. Seamos flexibles.
  • Tener mala memoria. Muchas veces, cuando algo nos afecta, nos lo guardamos, somos rencorosos. Lamentablemente ese odio o rencor que guardamos, muchas veces lo trasladamos a nuestros hijos. Hay que olvidar y, para ello, hay que saber perdonar.
  • Hay que tener empatía. Ponerse en el lugar de los demás. No juzgar al adversario. Si hay algo que me molesta de una persona, decírselo a la cara y no criticarle a las espaldas. Al fin y al cabo es amar. El amor transforma al objeto amado. Cuando una persona ama a alguien, lo disculpa, no ve sus defectos como un problema, no condena a la persona sino que tiene una visión misericordiosa sobre ella.
  • Y terminaba dando un último consejo, quizá el más importante, que es ser del Atlético de Madrid. Yo, por mi parte, lo reafirmo.

Os dejamos el vídeo con la sesión impartida por el Dr. Luis Gutiérrez Rojas, al que volvemos a agradecer su visita a Andel

José Mª Lamana Selva

Foto de portada: Elly Fairytale

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